Cómo mirar el eclipse: las recomendaciones de los especialistas
Ser testigos del fenómeno puede resultar una experiencia inolvidable, pero al mismo tiempo los riesgos en la salud son importantes si no se mantienen las precauciones básicas.
Cientos de personas se preparan para uno de los acontecimientos más relevantes dentro del campo de la astronomía, y todos quieren llevar en sus recuerdos la sensación de ver la interposición de la luna, entre la tierra y el sol.
En ese sentido varias asociaciones oftalmológicas del país han difundido una serie de recomendaciones para que el evento no provoque daños en la salud visual del público.
De acuerdo a lo que informó la Asociación Oftalmológica de San Luis, mirar directamente el eclipse sin mediar ninguna protección (o con elementos inapropiados) puede generar lesiones del tipo “retinopatía por radiación”.
Esto puede causar un daño permanente en los fotorreceptores de la retina, fundamentalmente en la zona macular, que es la de mayor calidad visual (referida a la visión de colores y la discriminación visual fina y la lectura).
Además la exposición a los rayos ultravioleta e infrarrojo que causa el eclipse puede generar lesiones en la superficie del ojo como la córnea o producir cataratas.
Estos problemas no son de manifestación inmediata, sino que los síntomas pueden aparecer entre las 12 y 24 horas posteriores a la exposición.
A continuación las recomendaciones
No mirar el eclipse de forma directa sin la protección adecuada.
Solo se puede observar de modo directo con el uso de lentes especiales con calificación ISO 12312-2, los cuales no deben estar rayados ni presentar perforaciones.
Otro recurso puede ser la utilización de máscaras para soldar con protección 14 o superior. En caso de dudas consultar al oftalmólogo.
El tiempo de exposición, aun con protección, no debe superar los 30 segundos.
No usar lentes polarizados, placas radiográficas, lentes de sol.
Se recomienda el uso de lentes de protección 5 de índice 800 uv.
Tener en cuenta que ver el eclipse puede generar un riesgo del 80% de probabilidad de daños en la retina.